Comunicación en familia: “ESCUCHA ACTIVA”
EL recién nacido, se comunica con sus padres por el lenguaje verbal, este es el primer idioma que aprende antes del lenguaje verbal, y jamás se olvida, normalmente el lenguaje no verbal es el que siempre recordamos.
En algunas ocasiones la comunicación con nuestros hijos, las mantenemos como si fuesen adultos, así mismo nuestra comunicaron es racional valorando poco los sentimientos, del libro de Thomas Gordon «Padres eficaz y técnicamente preparados», es el hemos consultado para tratar el tema de la Escucha Activa, que hemos tratado en esta charla
En este tema pretendemos exponer unas ideas centrales sobre la Escucha Activa que sirvan para orientar a los padres para la mejor comprensión
del citado libro, insistiéndose, por tanto, que es sólo la introducción a su lectura.
ASPECTOS A TENER EN CUENTA EN LA ESCUCHA ACTIVA
Hay una serie de aspectos que son necesarios saber para comprender la Escucha Activa, entre ellos:
a)
Lo emocional frente a lo racional
• Hay dos aspectos psicológicos en el ser humano:
– Nuestra parte RACIONAL: conjunto de ideas, pensamientos, creencias, conocimientos, etc.
– Nuestra parte EMOCIONAL: conjunto de sensaciones, sentimientos y emociones.
• La Escucha Activa atiende primero a la parte emocional del mensaje, posteriormente lo escuchado se racionaliza. La Escucha Activa atiende a la parte emocional del que habla.
Con los siguientes ejemplos se puede captar la forma activa de escuchar.
Ejemplo 1.º Un niño/a llega a casa de la escuela diciendo:
“Odio la escuela, no voy a ir más”. La reacción típica de los padres suele ser: “¡Cómo, que dices! Cómo que no quieres ir, a la escuela vas aunque te tenga que llevar yo. Es por tu bien”. (Aquí los padres han racionalizado el mensaje
del hijo/a. Su respuesta es racional). La reacción desde la Escucha Activa podría ser:
“Parece que hoy has tenido un día malo en la escuela, ¿no es cierto, hijo/a?, cuenta, ¿qué ha ocurrido?” (Aquí los padres “escuchan” el mensaje emocional del hijo/a y responden emocionalmente). A partir de aquí se puede seguir escuchando lo que se va exponiendo y haciéndole frente.
Ejemplo 2.º
Un niño/a les comenta a sus padres: “Me han castigado hoy en la escuela”. Una reacción frecuente en los padres suele ser: “¿Qué es lo que hiciste tú?”; o esta otra: “Probablemente te lo merecías”. (Respuesta racional).
La reacción desde la Escucha Activa podría haber sido: “Me imagino que te sentirías mal, ¿quieres contarme lo que ocurrió?”. (Reacción
emocional). A partir de aquí se puede seguir escuchando lo que se va exponiendo y haciéndole frente. Podemos DEFINIR la Escucha Activa como la
forma de escuchar en la que el receptor (el que escucha) trata de entender lo que siente el transmisor (el que habla), o lo que significa el mensaje. Posteriormente expresa con palabras lo que comprendió y lo transmite para que el transmisor lo verifique. El receptor no manda un mensaje propio, como sería el caso de una evaluación, opinión, consejo, reproche, análisis,
etc., sino que transmite lo que piensa que significa el mensaje del otro.
Que obtenemos con una escucha activa con nuestros hijos
• Ayuda a que los niños tengan menos miedo de sus sentimientos negativos.
• Promueve una relación cálida entre padres e hijos.
• Facilita que el niño resuelva sus problemas.
• Influye para que el niño sienta más deseo de escuchar las ideas y pensamientos de sus padres.
• Hace que “el niño sea el que habla”.
b) La forma y las actitudes de la Escucha Activa
Resumimos algunos aspectos de la forma y las actitudes que hay que tener para escuchar activamente al otro:
Actitudes necesarias para utilizar la Escucha Activa
Para llevar a cabo la escucha activa deben estar presentes ciertas actitudes básicas. Sin ellas, no seremos unos buenos escuchadores.
Actitudes básicas:
• Debe desear escuchar lo que el niño tiene que decir.
• Debe desear ser de ayuda para él para resolver ese problema en particular.
• Debe poder aceptar sus sentimientos.
• Debe tener una profunda confianza en la capacidad del niño para manejar sus sentimientos, para trabajar en ellos y para encontrar soluciones a sus problemas.
• Debe estar consciente de que los sentimientos son transitorios.
• Debe poder ver al niño como alguien aparte de usted.
• Debe tener una gran capacidad de paciencia.

c)
La aceptaciónPara poder realizar una escucha activa es necesario tener una buena capacidad de aceptación del otro.
Todos los padres tienen dos diferentes clases de sentimientos hacia sus hijos: aceptación y no aceptación. Esto lo podemos reflejar en la “ventana de la aceptación”:
ÁREA de ACEPTACIÓN
(Lo que te acepto)
ÁREA de NO ACEPTACIÓN
(Lo que no te acepto)
El grado de aceptación que muestra un padre hacia su hijo está influido por:
– Las características del padre (“aceptante”/“ rechazante”).
– Las características del niño.
– El estado de ánimo de los padres en un momento dado y la situación en la que se encuentran.
–
Aceptación falsa
Se da cuando algunos padres fingen aceptar parte de la conducta de sus hijos.
Es mejor no tratar de ensanchar su área de aceptación más allá de lo que sus verdaderas actitudes alcanzan. Mejor que fingir, es darse cuenta de cuándo no está uno en actitud de aceptación y expresarlo.
El lenguaje de la aceptación y su comunicación
La aceptación es algo que surge de adentro, pero para que influya en la otra persona debe comunicarse o demostrarse activamente. De este modo, el padre eficaz debe aprender a comunicar esta aceptación y adquirir la misma
habilidad para comunicarse. Debe aprender a hablar en forma “constructiva”.
La aceptación la podemos comunicar por medio de formas verbales y no verbales:
a) Formas no verbales.
La aceptación la podemos comunicar por medio de dos formas no verbales, siendo éstas:
– La no intervención.
– El silencio.
b) Formas verbales.
A la hora de expresar la aceptación verbalmente podemos utilizar respuestas negativas o positivas sobre la relación padres-hijo, siendo:
Respuestas negativas
1. Orden, dirección, mandato.
2. Advertencia, amonestación, amenaza.
3. Exhortación, sermón, lección.
4. Aconsejar, proporcionar soluciones o sugerencias.
5. Conferencias, enseñar, dar argumentos lógicos.
6. Juzgar, criticar, culpar, estar en desacuerdo.
7. Poner apodos, ridiculizar, avergonzar.
8. Interpretar, analizar, diagnosticar.
9. Apartar, distraer, humorizar, entretener.
Respuestas positivas
Son lo que llamamos las llaves de la comunicación pues nos “abre puertas de la comunicación”. Son una potente técnica para facilitar que sus hijos hablen. Los abre puertas de la comunicación son formas sencillas de expresión para invitar al otro a hablar. Algunos ejemplos podrían ser:
“Ya veo como te sientes” “¿De verdad?” “¿En serio?”.
“Mm hmmm” “¡No me digas!”.
“¡Sí!” “Sigue...” “¿Lo hiciste?, ¡que bien!”.
“¡Qué interesante!” “¿Eso te paso?, cuentame”.
“¿Te gustaría hablar sobre ello?”. “Me gustaría escucharte”.
“Prosigue, cuéntame más”. “Me gustaría conocer tu punto de vista”.
“Parece que eso es muy importante para ti” “Discutámoslo, ¿vale?”.
Los “abre puertas” invitan al niño a compartir sus propias ideas, juicios y sentimientos con los padres. Estos “abre puertas” para hablar facilitan la comunicación por cuanto:
– estimula la comunicación,
– mantiene la comunicación,
– no produce desviación en el mensaje y el tema.
Produce el efecto contrario que los consejos, las críticas, las culpabilizaciones y los comentarios descalificadores. Cuando se rechazan los sentimientos del otro (por críticas, descalificaciones etc.) produce efectos
destructivos para su personalidad así como para las relaciones, por cuanto que el rechazado:
– Hace que se calle.
– Se pone a la defensiva, se resiste a hablar.
– Le hace discutir, contraatacar.
– Le hace sentirse inadecuado, inferior.
– Le hace sentirse enojado, resentido.
– Le hace sentirse culpable, frustrado.
– Le hace sentirse incomprendido.
– Hace que disminuya su autoestima.
d) Padres aceptantes - Padres rechazantes
Tomando como elemento comprensivo el cuadrado de la aceptación podemos dibujar el cuadrado del padre aceptante y el del padre rechazante.
Características del aceptador:
Características del rechazante:
– Seguridad interior.
– Rigidez interior.
– Alta tolerancia.
– Poco receptivo.
– Contento de sí mismo.
– Muy exigente con los demás.
– Independiente del entorno.
– Dependiente del entorno.
La aceptación está en función de las características de los padres y de las características del hijo/a; es decir, si el niño/a es:
– Hiperactivo/a o tranquilo/a.
– Agresivo o pacífico.
– Atractivo o no atractivo.

– Abierto o cerrado.
– Sano o enfermo.
– Niño o niña.
Son normales las pequeñas diferencias de aceptación entre los padres, porque también los padres son diferentes entre si.
La aceptación produce:
– desarrollo y crecimiento personal: seguridad, confianza, deseo de superarse,
– cambios constructivos,
– aprendizaje de resolución de problemas,
– apertura, sinceridad, confianza,
– desarrollo de la autoestima.